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SAN CIPRIÁN-LA BAÑA |
Hace unos días tuve la suerte de ser invitado a conocer Las Médulas por gentes que trabajan y viven en la zona de La Baña, pueblecito distante a un pequeño vuelo de pájaro de San Ciprián en la falda sur de la Sierra de la Cabrera. Como sé que no hay camino que comunique ambos pueblos, me llegué hasta allí por Nogarejas, Castrocontrigo y Quintanilla del Yuso. La carretera hasta las cercanías de La Baña tiene un buen firme, aunque con muchas curvas por las características del terreno, lo que es normal. La carretera es de la Junta y está acondicionada para viajar con relativa comodidad y para la evacuación de mercancías hasta la red general. Gracias a ello los empresarios de las pizarreras de la falda norte de La Cabrera pueden tener abiertas sus empresas y mantener algunos cientos de puestos de trabajo que dan vida a esta comarca hasta hace pocos años considerada como Las Hurdes Leonesas.
La carretera sigue desde La Baña hasta Puentes de Domingo-Flórez. A ambos lados se divisan de forma constante minas abiertas y talleres de elaboración que dan de comer a cientos de familias. Se ven transitar vehículos y camiones y hoteles de montaña cerca de Peña Trevinca. La fauna y los riachuelos no parecen verse afectados por la explotación de las vetas de pizarra. En La Baña bares y cafeterías están a rebosar de gente.
Pasamos a la falda sur de La Cabrera. Aquí lo llamamos Valles de Sanabria. Los mismos riachuelos cristalinos con truchas. Una vegetación de montaña. Paisajes encantadores. Pero hay algo que choca al viajero, (fuera de la época estival).
Falta el animal que debería ser el rey de la zona. Falta el hombre. El hombre ha emigrado, sólo quedan unos viejecitos que se van muriendo poco a poco y los niños que se ven en verano son sanabreses que nacieron fuera de su tierra y ya nunca más volverán. Los poquitos que quedan se tendrán que marchar por falta de trabajo.
Las pizarreras necesitan mano de obra y abrir nuevas heridas en la montaña. Ello parece ser que no se puede porque no se construye la carretera desde San Ciprián a La Baña. No se construye por lo del "impacto ambiental". Yo no comprendo que haya mayor impacto ambiental que hacer desaparecer el hombre.
Sin embargo, debería ser viable respetar en lo posible el medio y, fundamentalmente, respetar al hombre. Tenemos universidades y administraciones. Si esas administraciones y esas universidades son incapaces de cumplir con su cometido no tienen razón de ser ni de estar. Los hombres y mujeres de La Cabrera y de los valles de Sanabria tienen perfecto derecho a vivir en su tierra. No hay ninguna razón de peso que impida que el hombre pueda vivir en su tierra. Esa carretera San Ciprián-La Baña es necesaria para ese objetivo. Empiecen ya y, sino, márchense ustedes.
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Autor: Luis Pelayo , Publicado en La Opinión - El correo de Zamora, Sección Criterios, el 14-08-2002 |
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