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| UN PUENTE PARA LA DEMOCRACIA |
Parece que el tema del puente de Manzanal se mira desde las posiciones partidistas más como un tira y afloja de a ver quien se lleva el gato al agua, que como un tema de satisfacción de necesidades mínimas a una provincia moribunda. Si después de la situación caótica a la que la democracia y el desarrollismo (forastero) han llevado al oeste zamorano, no se solucionan las comunicaciones con la comarca de Tierra de Alba, como dicen por aquí, a nuestra provincia le habrán dado el “cachotero”, es decir, la habrán acabado de aniquilar.
Mientras tanto el PP y el PSOE no discuten en esencia una solución para el problema. Están llevando el asunto a posiciones partidistas en perjuicio de los zamoranos. Al menos las gentes de Tierra de Alba lo han manifestado así, pues no apoyan al PP o al PSOE. Lo que quieren es un puente digno y nuevo a la altura de los tiempos. En este contexto, y no en otro, hay que entender las manifestaciones de la gente. Si las broncas se las lleva el PP es porque es este partido el que gobierna en la provincia y en la comunidad autonómica. Muchos años estuvieron los socialistas en el poder y tampoco lo hicieron. Las soluciones del PSOE, de substraer partidas destinadas al Valle del Tera para completar el presupuesto para un puente nuevo son, simplemente, inasumibles por la sencilla razón de que aquí no se trata de repartir la miseria sino de actuar con un mínimo de talante democrático y de justicia distributiva.
Eso es lo que han pedido las gentes de Tierra de Alba en sus manifestaciones. Quieren poder participar. Si se les aísla con remiendos o pseudosoluciones se está cometiendo un genocidio que es incompatible con el espíritu democrático que debe presidir la gestión de las administraciones.
En las circunstancias de subdesarrollo, despoblación y abandono en que se encuentra el oeste provincial, lo suyo no es el cicatería en los gastos, sino la necesidad de mayores inversiones para levantar a la provincia al nivel del conjunto para que no se convierta en un lastre. Toda actuación que no siga estos principios es de por sí antidemocrática. Pues si constituimos un pueblo y un estado es porque queremos convivir. No vivir unos pocos y mendigar siempre los más desfavorecidos por las circunstancias que sean.
Por eso quiero yo también sumarme a la voluntad del pueblo albalistano para la construcción de un puente nuevo sobre el embalse del Esla. Rechazo por antidemocrática cualquier solución que no pase por la satisfacción del derecho a las buenas comunicaciones de la Tierra de Alba y Aliste. El oeste zamorano tiene perfecto derecho a vivir con dignidad y exige una actuación digna de los partidos mayoritarios que gobiernan las administraciones.
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| Autor: Luis Pelayo , Publicado en La Opinión - El correo de Zamora, Sección Criterios, el 24-12-2002 |
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