Forpasi vi volas, patro,
Ke la Di’ havu l’animon,
Vi disdonis viajn landojn
Laux nerezona kaprico.
Kastilio por Don Sancho, (*)
Kastilio famkonata,
Al Don Alfonso Leonon
Kun Asturi’ kaj Sanabrja;
Al Don García Galicon
Kaj Portugali’ l’amata.
Kaj al mi, cxar mi virino,
Senhereda min vi lasas;
Ien ajn mi tra la mondo
Irus laux virin’ ne tauxga,
Kaj cxi korpon mi donintus
Al iu ajn al mi placxa,
Al virmauxroj por la mono
Kaj senpage al la kristanaj:
Kaj mi per gajnita mono
L’anim’ via igos savan.
Cxipunkte la regx’ demandis:
-Kiu tiel parolacxas?
Respondis cxefepiskopo.
Via filin’ Donja Uraka.
-Silentu, filin’, silentu,
ne estu fiparolanta,
cxar cxi diranta virino
meritus estis brulata.
En la Olda Kastilio
Mi urbeton forgesadas,
Zamora estas la nomo,
Zamora Bone Murata;
Flanke gxin cxirkauxas Douro,
Aliflanke rokofala,
Aliflanke mauxrkvartalo;
Vera perlo tre estimata.
Se iu al vi gxin forprenu,
Estu de mi malbenata,
Cxiuestaj “amen”-diris,
Nur Sancho silentmutadas.
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Moriros queredes, padre,
San Miguel os haya el alma;
Mandástedes vuestras tierras
A quien se vos antojara.
A Don Sancho la Castilla,
Castilla la bien nombrada;
A Don Alfonso León,
Con Asturias y Sanabria
Y a Don García a Galicia
Con Portugal la preciada.
A mi, porque soy mujer,
Dejáisme desheredada;
Irme he yo por esas tierras
Como una mujer errada,
Y este mi cuerpo daría
A quien bien se me antojara,
A los moros por dinero
Y a los cristianos de gracia:
De lo que ganar pudiere
Haré bien por vuestra alma.-
Allí preguntara el rey:
-¿Quién es esa que así habla?
Respondiera el arzobispo:
-Vuestra hija Doña Urraca.
-Callades, hija, callades,
no digades tal palabra,
que la mujer que así dice
merecía de ser quemada.
Allá en Castilla la Vieja
Un rincón se me olvidaba,
Zamora lleva por nombre,
Zamora la bien murada;
De un lado la cerca el Duero,
Del otro peña tajada,
Del otro la morería;
Una cosa muy preciada.
Quién os la quitare, hija,
La mi maldición le caiga.
Todos dijeron “amén”,
Menos Don Sancho que calla.
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