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ZAMORA EN EL OLVIDO

Acaba de llegar a mis manos un mapa regional editado por la Consejería de Turismo de la Junta de Castilla y León en el que vienen consignadas las rutas de La Plata, Camino de Santiago y Ruta del Duero.
La presentación, desde mi punto de vista, es impecable y nada diría al respecto si no apreciara lo que considero un gran olvido hiriente para nuestra provincia. Quiero explicarme: La Ruta del Duero, según el referido mapa, comienza allá por los Picos de Urbión, nacimiento del río. La ruta discurre valle abajo hasta Burgo de Osma de donde parte un ramal hasta Gormaz. Sigue valle abajo hasta Aranda de Duero de donde parte otra bifurcación hasta Peñaranda de Duero. Desde Aranda de Duero parten dos ramales de la ruta que convergen en Peñafiel por donde continúa hasta Vega Sicilia por ambas márgenes continuando hasta la ciudad de Valladolid y, Pisuerga abajo, hasta Simancas continuando por Tordesillas, Castronuño, Toro y hasta Zamora.
Aquí empieza el problema. Parece ser que el río Duero va directo de Zamora a Fermoselle olvidando, precisamente, los tramos más majestuosos del río. Se han olvidado, entre Zamora y Fermoselle, los Infiernos de Almaraz; la confluencia de los rios Esla-Duero en Peñalcarro; los hermosos arribanzos del Salto de Villalcampo; todo el recule con sus arribes del embalse del Castro con Carbajosa de Alba y el Puente de Pino; el tramo fronterizo entre Castro Ladrón y la barca de Múrcena con todo el arribe zamorano que embridan las presas de Miranda do Douro, Picote y Bemposta, dejando atrás el Parador de Sayago, el mirador de Fariza, los encinares de Badilla, Cozcurrita, Mámoles, Pinilla de Fermoselle y Fornillos de Fermoselle.
Después desde el atajo que desconoce a Zamora y que parte de nuevo de Fermoselle, sigue por Trabanca hasta Aldeadávila de la Ribera, de donde parte otro ramal hasta Vitigudino. Desde Aldeadávila sigue el barranco o “Arribas”, como lo llaman en la provincia de Salamanca, hasta Vega Terrón, donde acaba la ruta dentro de nuestra comunidad.
Pero, amigos, si habéis tomado un mapa entre las manos, veréis que el río Duero es desconocido por la Consejería de Turismo en nuestra provincia.
Parece evidente que si el turista se fía, (no lo debería de hacer), de quienes han elaborado la ruta, pasará de largo por Zamora. Es decir, desde dicha Consejería de Turismo Zamora es ignorada, no saben dónde está, lo que no impide que la otra consejería, la de Hacienda, sí nos tenga en cuenta.
Me pregunto: cuando desde Herrera hasta el último bedel hablan , (a mi me parece que huecamente), de la necesidad de revitalizar las “zonas periféricas” y desconocen, como lo demuestra el mal elaborado trabajo de la Ruta del Duero, tenemos los zamoranos perfecto derecho a desconfiar de su honestidad en relación con esas supuestas intenciones.
Me siento avergonzado de que quienes nos dirigen desconozcan que existimos y no sepan dónde estamos. Ser dirigente no significa solamente mandar, sino saber interpretar las necesidades del pueblo que se dirige y administra. Me parece que ese no es el caso de quienes dirigen la promoción de los pueblos y ciudades, especialmente las zamoranas, que atraviesa la mal confeccionada Ruta del Duero.

Autor: Luis Pelayo , Publicado en La opinión - El correo de Zamora, Sección Criterios, el 18-09-2003


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