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SALTO DE SANTA EULALIA

Sr. Director: leo con gran sorpresa un artículo firmado por J.A.García en el que se recogen las inquietudes de unos supuestos amantes de las bellezas sumergidas en el interior del vaso del Embalse del Esla cuando éste se encuentra lleno. Desde los años 1932 estas ruinas de las aceñas y pisón en las cercanías de Puente de Quintos han aflorado cientos de veces sin que estos “amantes del patrimonio” hayan hecho nada por rescartarlas. En el momento del embalsamiento se estimó pertinente salvar valores arquitectónicos de inestimable valía, como es el caso de San Pedro de la Nave, y así se hizo. Todo lo que no se salvó entonces de la anegación y que queda por bajo de la cota se ha inundado y aflorado miles de veces. Nunca he visto visitar esos lugares, salvo a los campesinos afectados a los que el embalse anegó sus pueblos y huertos.

Ahora vivimos otros tiempos en los que la agricultura zamorana debe tomar nuevos derroteros si quiere subsistir. En las Tierras de Tábara, en el pueblo de Santa Eulalia de Tábara, quieren renacer y parar la emigración. Han exigido y colaborado para llevar a cabo un proyecto de riego de algunos miles de hectáreas que les permitirá seguir viviendo en su tierra. Ese es el objeto principal de la construcción del Salto de Santa Eulalia dentro de los niveles del vaso del embalse. No se roban nuevas tierras, sino que se aprovechan las que ya están inundadas y pagadas. La avifauna no habita debajo de las aguas, sino fuera. Nada se substrae a lo existente en el exterior. La reivindicación de los supuestos ecologistas es, por tanto, absurda desde mi punto de vista.

Sin embargo hay beneficios múltiples. En primer lugar la potenciación de la agricultura en los pueblos de la zona, que, sin duda alguna, frenara el éxodo de la ya extenuada población. Estos son hechos fácticos que crearán riqueza para toda Zamora. Hay, no obstante, otro elemento positivo de gran valor para el turismo de la zona y que, probablemente, los oponentes al proyecto no han estimado en su justa medida. Me estoy refiriendo a que a partir del embalsamiento de la presa de Quintos, pues va a ser un embalse de nivel con mínima fluctuación, todos los entrantes de su recule pueden ser aprovechados para el baño y el ocio en general, por lo que el turismo rural tendrá un nuevo y buen plato fuerte que ofrecer. Esto sin menoscabo del enriquecimiento piscícola y de la avifauna de la zona, pues será como un lago que generará variedad ecológica y refuerzo de la ya existente.

Así, pues, no participo de la oposición a la construcción al Salto de Santa Eulalia, sino que estoy a favor. Quiero una Zamora en la que se respete al máximo la naturaleza, pero sobre todo pienso que hay respetar el derecho de los zamoranos a vivir en su tierra. Los pueblos del recule del Embalse del Esla tienen, por lo menos, tanto derecho a vivir como las águilas culebreras y los cernícalos.

Autor: Luis Pelayo  , Publicado en La Opinión - El Correo de Zamora, Sección Criterios, el 09-07-2003


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