Peñas con nombre
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La Peña del Requejino

     
La Peña del Requejino está junto a la antigua Nacional 122, algo más adelante del PK.20 desde Zamora a la frontera con Portugal, situado en Cercabantón. Este PK. 20 corresponde a la entrada a Muelas del Pan. Como hubo allá por los años 1995 un desvío, este tramo de carretera se denominó 122-A. Unos metros más adelante está la referida peña, situada entre la Charca del Requejino y la carretera. Los cables de la línea de alta tensión (AT) que alimentaba, y alimenta aún hoy, las ciudades de Valladolid y Madrid, pasan por encima de la peña. Entre la peña y la charca hay una pradera y una pequeña poza llamada “Pozo de los Gallegos”.

Esta peña es muy conocida por los cazadores manuales que la utilizaban para refugiarse cuando había tormenta, pues está equipada con una concavidad en la cual varias personas agachadas pueden guarecerse de la lluvia.

Decimos que era utilizada por cazadores manuales. Entendemos por cazadores manuales aquellos que no utilizan escopetas u otros utensilios automáticos. Yo he acompañado múltiples veces a cazadores manuales de mi familia. La caza solía ser de lagartos y conejos. Siempre para tal menester hacía falta un perro o perra amaestrados para estas lides que detectara la presencia de alguna pieza. A esta detección de una presa se la denominaba o se decía: “la perra ha dado un conejo”. Se notaba porque el animal se quedaba quieto y movía el rabo. Ante el perro, con seguridad que había una pieza, lo más probable un conejo. Raramente podía haber un zorro o un tejón, piezas que, por otra parte, no interesaban al cazador manual, ya que éste se dedicaba a cazar para llevar el sustento a la familia.

En cierta ocasión, acompañando a mis primos mayores en la caza, y ya cuando regresábamos empezó a gotear y a tronar. Momentos después caía un verdadero aguacero. Afortunadamente, a pocos metros estaba la peña y en su cueva nos refugiamos. Éramos cuatro más el perro, pero unos instantes después llegaron otros dos de La Caminera con sus capotes y tricornios. No era plan de salir corriendo. En el saco había varios conejos y en un alambre varios lagartos ensartados. Los de la pareja no dijeron nada, salvo el sabido comentario. ¡Vaya chaparrón, menos mal que hemos encontrado refugio! Los demás miraron y asintieron. El más gordete de la pareja miraba el saco. El otro, alto y con unos bigotes que le daban un aire feroz, los lagartos. Encendieron unos cigarros de cuarterón y fumaron y siguieron hablando de la tronada. ¡Parecía que la peña se iba a desplomar! El resto de la gente, calladicos y a responder: “Sí, señor”. Finalmente, descampó y cada cual se fue a su camino. La Caminera se incorporó a la carretera. Nosotros hacia la casa de la Tía María. Los guardias dijeron: “¡Que tengáis buen provecho!”. Menos mal que se fueron en otra dirección. Es harto cierto que adivinaron que llevábamos conejos, pero se ve que acababan de salir del cuartel y era uno de esos buenos días que la gente tiene.

Cuando llegaron los guardias iba yo a contarle a mi primo el mayor dónde habíamos colgado al Pirríacas durante tres días, en la torre al otro lado de la carretera, en la otra línea paralela, también de AT, pero al llegar la Caminera me corté y no dije nada. Quería haberles contado que, después de descolgar al perro, lo enterramos en un montón de piedras creyendo que ya estaba muerto, pero no fue así… bueno, esto se cuenta en la página http://tierradelpan.com/relatos-y-leyendas/muelas-del-pan/el-pirriakas con todos los detalles. Quien quiera saber qué ocurrió con el Pirríakas puede leer ahí su triste historia.

Pasamos la “Laguna del Requejino”, que entonces no estaba colmatada ni contaminada y había ranas, renacuajos y alguna gallina ciena de vez en cuando. Fue en esta laguna donde Walter-Mundín pretendió coger el “rano” y por poco se ahoga. Quedó clavado en el cieno y lo tuvimos que sacar por las piernas, pues quedó clavado al caerse de cabeza por el barranco que existía entonces.

Cuando llegamos donde la Tía María le contamos lo de los guardias, pero como no nos dijeron nada, ahí quedó todo. Al día siguiente, yo comí conejo con patatas que estaba muy rico. El lagarto no lo probé, pues me da un no sé qué comer esos bichos.

Pero, bueno, lo que yo quería contar hoy es la existencia de la “Peña del Requejino”, que era un lugar donde nos resguardábamos durante las tormentas si nos encontrábamos en la vecindad. Hoy, esa peña está muy desfigurada por causa de las torretas y balizas de delimitación de la propiedad. No se parece casi en nada a cuando yo era pequeño.

- PEÑA DEL REQUEJINO -

Qué grande me parecías
Como peña allá en la infancia,
Con tu grandiosa prestancia
Que a los niños guarecías.
Tienes jeta de elefante
Acostado en la pradera;
Sobre tu boca los niños
Sueñan ver crecer la hierba.
Pero ahí te puso un día
La Madre Naturaleza
Para proteger los niños
Y a quién tu seno quisiera.
Ni los chaparrones fieros
Ni las heladas negreras
Alterarán tus anhelos
De dar a la gente cueva.

L. Pelayo, Abril de 2022, Día del Cristo en Muelas del Pan.




Para saber más de Muelas del Pan y su entorno recomiendo visitar http://tierradelpan.com, el portal de la Tierra del Pan
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